Pastor David Yonggi Cho
De la Teología del Evangelio Completo se basa en los Cinco Evangelios. Los Cinco Evangelios se refiere al Evangelio de Regeneración (volviendo a nacer de nuevo), el Evangelio de la Llenura del Espíritu Santo, el Evangelio de la Sanidad Divina, el Evangelio de la Bendiciones, y el Evangelio del Advenimiento. Los Cinco Evangelios representa a los cinco importantes elementos de la Biblia. Los cinco Evangelios trata sobre el comienzo, la progresión y el resultado de la Teología Cristiana y representa el centro de la fuente de fe de todos los cristianos.
I. El Evangelio de Regeneración
El primer pilar de Cinco Evangelio es el del Evangelio de Regeneración. El de volver a nacer es un requisito previo a la salvación (San Juan 3:3). De modo que el Evangelio de Regeneración se puede también llamar el Evangelio de Salvación.
1. El Camino de Regeneración
Para que el hombre sea libre de la maldición del pecado, del juicio final, y del dominio de Satanás, el hombre primeramente deberá tener la salvación. Por la rebelión de un solo hombre, Adán, toda la humanidad está destinado a nacer en pecado (Romanos 5:16), y están destituidos de la gloria de Dios y no lo pueden alcanzarlo por su propios medios. (Romanos 3:23)
Inmediatamente después que Adán cometió pecado, Dios profetizo un plan de salvación.
"Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" Génesis 3:15
En este pasaje la simiente de la mujer se refiere a Jesucristo, como también muchos profetas luego profetizaron de él. Como fue profetizado, Jesucristo llegó a ser un sacrificio vivo por la salvación de toda la humanidad. La salvación que fue posible por el padecimiento y la muerte de Jesús en la cruz tiene cuatro significados. Primero, el sufrimiento y la muerte en la cruz señalan al hombre, cuál es el resultado del pecado (Isaías 53:5) Segundo, muestra al hombre de cuán grande es el amor de Dios hacia la humanidad (Romanos 5:8) Tercero, enseña al hombre el verdadero valor de cada hombre (San Mateo 16:26) Cuarto, muestra al hombre el costo de la reconciliación (Isaías 53:6)
2. El Método de la Regeneración
Hay dos condiciones para la regeneración, son el arrepentimiento y la fe. El arrepentimiento y la fe son uno solo e iguales como ellos se manifiestan simultáneamente, así se puede decir que son la cara de una moneda. La primera palabra hablada por Juan el Bautista fue "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mateo 3:2) hizo eco con Jesús que dijo "Arrepentíos y creed en el evangelio" (Marcos 1:15) Después de haber sido llenos del Espíritu Santo, también Pedro clamó diciendo "Arrepentíos para que sean borrados vuestros pecados" (Hechos 2:38, 3:19)
La otra condición es la fe. Así como Pablo testificó a los guardas de la prisión en Filipos diciéndole "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa"? (Hechos 16:31). Esta fe de salvación nos es otorgado por Dios y se basa sobre el fundamento de nuestra fe en la promesa de Dios. Es el Espíritu Santo que llegó sobre nosotros que hace posible tener fe en Cristo Jesús como nuestro salvador (I Corintios 12:3)
3. El Resultado de la Regeneración
Cuando nosotros nos damos cuenta de nuestros pecados, y nos arrepentimos con la aceptación de Jesucristo como nuestro salvador, qué resultado traerá nuestro arrepentimiento? Primero, El Espíritu Santo, nuestro consolador, vendrá dentro de nosotros y residirá en nosotros (Romanos 8:11)
Segundo, seremos emancipados de las leyes del pecado y de la muerte (Romanos 8:1,2)Tercero, recibiremos el poder de ser hijos de Dios (Juan 1:12)Cuarto, gozaremos de la gran bendición que Dios ha preparado para nosotros (III Juan 1:2)
II. El Evangelio de la Llenura del Espíritu Santo
Aquellos que han nacidos de nuevo, deberán ser bautizados, y llenados del Espíritu Santo. Cuando los cristianos están llenos del Espíritu Santo, ellos serán también llenados del poder y en consecuencia podrán ser testigos del evangelio eficazmente.
Como el Espíritu de Dios es Santo, nos ayuda a vivir una vida en santidad y nos permite ser testigos activos del Evangelio al sernos llenos del Espíritu Santo, al igual que nos permite sobreabundar de gratitud y del deseo de obrar dejando a un lado el egoísmo y la fe pasiva.
1. El Carácter y la Divinidad del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es uno de la Trinidad, los cuales comprenden al Padre Dios, El Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo (Hechos 5:3,4; Mateo 28:19,20) De modo que el Espíritu Santo comparte las mismas cualidades con Dios. La Biblia testifica que el Espíritu Santo comparte toda la naturaleza, nombre y eternidad (Hebreos 9:14) tales como Omnipresente (Lucas 1:35), Omnisciente (I Corintios 2:10), y Omnipotente (Salmos 139:7,8)
La comprensión que el Espíritu Santo tiene personalidad es en lo absoluto un elemento esencial en la fe de nuestra vida. Porque el poder del Espíritu Santo se manifestará solo cuando nosotros lo reconocemos personalmente, le damos la bienvenida a nuestra vida y lo aceptamos, entonces podremos movernos a más profunda relación con él y podremos llevar muchos frutos.
2. El Trabajo del Espíritu Santo
Jesucristo nos dice que cuando venga el Espíritu Santo, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:8-11) El Espíritu Santo llama a los pecadores al arrepentimiento y a volver a nacer para que así sea hijos de Dios (Juan 3:5). El Espíritu Santo mora en los creyentes (Juan 14:16), enseñándonos (Juan 14:26), guiándonos (Romanos 8:14) e intercediendo por nosotros con gemidos indecibles (Romanos 8:26). Además, el Espíritu Santo sella a su pueblo (Efesios 1:13,14; II Timoteo 2:19) y motiva a los creyentes a actuar (Hechos 13:4; 16:6,7; I corintios 12:11), el Espíritu Santo es nuestro garante (II Corintios 1:22; Efesios 1:14), nos llena de poder y nos unge con aceite (Lucas 24:29; hechos 2:1-4; II Corintios 1:21; I Juan 2:20,27), nos resucita (Romanos 8:11; II Corintios 4:14), y nos testifica que Cristo es el Hijo de Dios (Romanos 8:16; Gálatas 4:6).
3. La Regeneración y el Bautismo del Espíritu Santo
La Regeneración y el bautismo del Espíritu Santo son dos distintas experiencias separadas. Aunque las dos experiencias pueden manifestarse simultáneamente o ocurrir en dos tiempos de periodo separado, a pesar de todo son dos experiencias separados. La Biblia hace mención de los cristianos que han nacido de nuevo, pero han fallado de ser bautizado en el Espíritu Santo (Hechos 1:4,5; Hechos 8:14-17)
4. El Bautismo en el Espíritu Santo y la Llenura del Espíritu Santo
El bautismo en el Espíritu Santo es el punto de partida para aquellos que han decidido seguir el ministerio de Cristo y tener una vida victoriosa. Para tal situación, él deberá estar primeramente dominado por el Espíritu Santo. La señal evidente del bautismo del Espíritu Santo es hablar en lenguas y la evangelización de poder. Cuando los dones del Espíritu Santo(señales externos) y los frutos del Espíritu Santo (señales internos) continúan manifestando, entonces será llamado llenos del Espíritu Santo.
III. El Evangelio de la Sanidad Divina
De acuerdo a la Biblia, Jesucristo fue un gran predicador quien divulgó las Buenas Nuevas, enseñó a sus discípulos, y un gran sanador que sanó a muchos de sus enfermedades física (Mateo 4:23), pues se puede decir que la sanidad de los enfermos fue uno de su ministerio, en consecuencia esto es un gran regalo y bendición que Dios ha dado a la humanidad.
1. La fuente de nuestra enfermedad
Aunque existen muchas fuentes para la existencia de enfermedades, si nosotros nos reflejamos a la Palabra de Dios podemos determinarlos en tres fuentes, los cuales son: Satanás, el pecado y la maldición.
Primero, hay momento en que el diablo nos oprime causando enfermedad (Marcos 9:25)
Segundo, como resultado del pecado cometido consiente o inconscientemente provocando enfermedad.
Tercero, por la rebelión en contra de la ley de Dios, somos malditos en consecuencia padecemos enfermedad durante nuestra vida (Deuteronomio 28:58-62).
2. Jesucristo que nos redime de las enfermedades
En el Antiguo Testamento tenemos algunas analogías sobre la forma de representar a Cristo quien nos redimió de nuestras enfermedades; como el cordero de la Pascua (Exodos 12, Número 9), el árbol que transformo el agua amarga a dulce (Exodos 15) y serpiente de bronce hecho por Moisés (Número 21:4-9).
Dos cosa ha hecho Jesús a dondequiera que vaya es el perdón de pecado y la sanidad. Cada vez que Cristo sanaba a alguien ligaba al perdón de pecado como algo inseparable, luego sanaba de la enfermedad completamente (Marcos 2:9,10).
Como Jesús estaba destinado a recibir la sentencia de muerte, aún en la cruz, ¢¯había alguna necesidad en él de ser azotado y rasgar su cuerpo? La Biblia, sin embargo, nos dice que él fue azotado para llevar en él las enfermedades. Con el azote él nos redimió de nuestras enfermedades y de nuestras debilidades (Isaías 53:4; I Pedro 2:24).
3. Condición previa a la sanidad divina
La condición previa a la sanidad divina es la oración, la fe y vivir nuestra vida de acuerdo a la Palabra de Dios.
Primero, la Biblia registra muchos momentos de la Sanidad Divina por medio de la oración. Así en Santiago 5:14,15 tenemos "¢¯Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" De modo que los cristianos no debemos darnos por vencidos sino seguir en la oración persistentemente, entonces experimentará la Sanidad Divina.
Segundo, la Sanidad Divina se puede manifestarse por su propia fe o también de los otros. En Marcos capítulo 5 tiene el ejemplo de una mujer que padeció del flujo de sangre durante doce años, sin embargo, cuando toco el manto del Señor, recibió la sanidad. Este es un ejemplo de la sanidad por su propia fe (Marcos 5:25-34) Por otro lado, el siervo del centurión fue sanado no por su propia fe sino a través de la fe del centurión (Mateo 8:13).
Por último, La Biblia nos dice que cuando los creyentes guardaren las Palabras de Dios, esto nos protegerá de enfermedades (Exodos 15:26).
IV. El Evangelio de Bendición
Todo hombre anhela vivir feliz y tener bendición. También es el deseo de Dios, el creador del cielo y la tierra y todo lo que en él hay, que vivamos una vida de bendición y bajo la gracia abundante.
1. El entendimiento correcto de este mundo material
La bendición de Dios comienza desde la creación del mundo. Dios antes de crear al hombre, creó al mundo material y vio y fue bueno para Dios (Génesis 1) Toda la creación de este mundo fue creado bueno. El hombre el primer día de su vida consistía en gozar del mundo material abundantemente lleno por la creación de Dios. Esto era la intensión de Dios para el hombre.
2. La redención en la cruz y la bendición
"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" (II Corintios 8:9) "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)" (Gálatas 3:13)
La razón por la que Cristo vivió pobre durante su estancia aquí en la tierra fue para darnos riquezas, es para liberarnos de la maldición. Si de alguna manera nosotros no tomamos esta Palabra de Dios y no apropiamos de ella, estamos menospreciando la pobreza que padeció Jesús.
También la Biblia nos dice en Hechos 20:35 "Mas bienaventurado es dar que recibir" El fundamento de la doctrina cristiana concierne en cómo podemos "dar" Dar amor, esperanza, oración, ofrenda porque al compartir gozaremos de verdadera bendición.
V. El Evangelio de Advenimiento
El advenimiento de Jesús no se trata de una vaga ilusión religiosa, sino es el plan misericordioso de Dios, es la promesa fiel de Jesucristo y es una historia exacta de los acontecimientos del futuro que nos manifiesta la Biblia.
1. El propósito del advenimiento
Primero, el Señor vendrá para cumplir las profecías del Antiguo Testamento. Segundo, Cristo vendrá para levantar a los muertos en Cristo y para transformarlos al cuerpo de gloria. (Filipenses 3:20,21)
Tercero, Cristo vendrá par destruir la muerte (Apocalipsis 20:14)
Cuarto, Cristo vendrá para dirigir a los cristianos escogidos al lugar preparado por él. (Juan 14:2,3)
Quinto, Cristo vendrá para juzgar a los vivos y a los muertos (II Timoteo 4:1)
2. El tiempo del advenimiento
El tiempo exacto de la Segunda Venida del Señor es desconocido. Jesús dijo en Mateo 24:36 "Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre" Mas dice la palabra que vendrá cuando el Evangelio llegue a todo el mundo (Mateo 24:14), vendrá cuando haga aparición el anticristo (II Tesalonisense 2:2,3), vendrá con el sonido de la trompeta (I Corintios 15:51,52) vendrá como en el tiempo de Noé (Mateo 24:37-39).
3. Los eventos antes y después del advenimiento
Primero, la venida del Señor en las nubes, así como esta escrita en I Teslonisense 4:16,17, el Señor con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta descenderá del cielo. En este momento el Señor, llamará a la iglesia preparada el aceite de la lámpara a las nubes, esto es el rapto.
Segundo, son los 7 años de gran tribulación. Mientras que los cristianos raptados celebren la fiesta de la boda con el Cordero, en la tierra habrá extrema tribulación. La duración de esta tribulación es de 7 años por lo que se le llama " años de Gran Tribulación" (Daniel 9:27).
Tercera, es la venida del Señor a la tierra. Cuando termine la fiesta de boda con Jesús, el Señor regresará nuevamente a la tierra con los cristianos raptados.
Cuarto, es el reino milenio. Una vez que la serpiente antigua, Satanás sea atado y encerrado al abismo(Apocalipsis 20:1-3), entonces habrá mil años del cielo en la tierra. Y este reino es de Cristo.
Quinto, es el juicio ante el gran trono blanco (Apocalipsis 20:11). Dios establecerá un trono de juicio en algún lugar del mundo, y este trono es el gran trono blanco. Entonces comenzará el juicio y los muertos resucitados estarán de pie ante Dios, y de acuerdo a la obra de cada uno serán juzgados.
Por último, es el establecimiento del cielo nuevo y tierra nueva. El reino de Dios a donde los cristianos entrarán es nuevo (Apocalipsis 21:1), cielo nuevo y tierra nueva, vendrá del cielo también la santa ciudad, la nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:2). Este Jerusalén es pues, la capital de este cielo nuevo y tierra nueva. Será Jerusalén tan hermosa que lo comparó con la novia ataviada para el esposo (Apocalipsis 21:2).
4. Las actitudes de vida para los últimos días
Los cristianos deberán estar siempre despiertos para recibir al Señor como las 5 mujeres prudentes que tomaron aceite consigo y permanecieron despiertas (Mateo 24:42; 25:-2-13).
También deberá evangelizar arduamente. Porque la evangelización es una orden del Señor (Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-18; Hechos 1:8), y es de gran interés del Señor. De modo que los cristianos debemos anunciar el evangelio a tiempo y fuera de tiempo(II Timoteo 4:2) Porque nuestro mayor interés deberá ser la salvación de alma.
Por último, los cristianos debemos esperar la Segunda Venida de Cristo con entusiasmo. Porque nuestra esperanza no esta en este mundo, sino en el reino de Dios y en la Segunda Vendida del Señor. De modo que nosotros debemos vivir añorando el reino de Dios, y esperar la venida del Nuevo Jerusalén (II Pedro 3:11,12) "Amén Señor, ven pronto"
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