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João Cruzué
Cuando lo hijo menor pedió "Dame la parte de la hacienda que me pertenece", su padre no dice una palabra. El hizo sus cuentas y le repartió los bienes.
Cuando el muchacho vendió su parte, sacó el dinero y se fué, su padre presenció todo y también no lo dice nada.
Y él no dice, porque nada lo hiba convencer.
Pero su padre siempre miraba lo camino que él se fué.
Él sabía que si el jovene volvese e la premera persona a recebirlo fuese su hermano mas viejo, con certeza volveria para los cerdos y sus algarobas.
Por esto, cuando lo vió su padre, lleno de misericordia, corrió, se echó sobre su cuello y le besó, por que temia perdelo para siempre.
Dios puede quedarse en silêncio, pero su ojos estan atentos y sus brazos siempre listos para abrazarnos.
Dios es amor.
Cuando el muchacho vendió su parte, sacó el dinero y se fué, su padre presenció todo y también no lo dice nada.
Y él no dice, porque nada lo hiba convencer.
Pero su padre siempre miraba lo camino que él se fué.
Él sabía que si el jovene volvese e la premera persona a recebirlo fuese su hermano mas viejo, con certeza volveria para los cerdos y sus algarobas.
Por esto, cuando lo vió su padre, lleno de misericordia, corrió, se echó sobre su cuello y le besó, por que temia perdelo para siempre.
Dios puede quedarse en silêncio, pero su ojos estan atentos y sus brazos siempre listos para abrazarnos.
Dios es amor.
1 comentario:
que bonito esta esta lectura :P
Saludos
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