Entrevista por João Cruzué
Mi testimonio se divide en varias etapas de mi vida y tratare de fusionarlas para hacerlo mas fácil de digerir. Nací en un hogar cristiano y fui criado en principios bíblicos en medio de la persecución, cuando ser evangélico era pecado. A los 12 años ya predicaba la palabra y lamentablemente a los 14 fugue de mi casa paterna y me aparté del Señor.
Viví 20 años en el mundo, haciendo y deshaciendo, y viviendo sin limites, enredado en cuanta cosa se me pudo ocurrir, sin embargo después de haber intentado formalizar relación de hogar y familia en dos oportunidades y de las cuales me quedaron 3 hijas, después de un fracaso amoroso y cuando estaba a punto de enloquecer y considerando el suicidio como una posibilidad para revolver mi difícil situación, Dios tuvo misericordia y me recogió y me trajo a su redil.
Con mucho amor y sacrificio Él restauró mi vida, me puso en una iglesia en donde a la semana estaba en el instituto bíblico en el que hice 8 trimestres, luego me retiré y me cambie de ciudad de residencia y me ubique en una iglesia en donde termine mis estudios bíblicos y me ordene como pastor, allí vino un profeta de otra localidad que me dijo: Dios dice que servirás al Señor, con hambre, y desnudez pero que si eres fiel y perseveras, El te va a sacar a mucha prosperidad.
En esos días me enviaron de la iglesia a un pueblo intermedio a abrir la obra y llegué allí y no conocía a nadie, ni había ni siquiera un alma, y empecé a orar y ayunar para que Dios nos trajera las almas, fue muy duro pero poco a poco Dios fue trayendo niños y luego ancianitas, hasta el punto que la iglesia se componía de ancianitas y niños.
Dios me llevó al campo en donde funde 4 grupos diferentes y entonces ya ocupaba la mitad de la semana en la población y la otra mitad en el campo, pero a raíz de la zona de despeje otorgada a la guerrilla en el país, y el paramilitarismo en las poblaciones empezamos en un ping pong, en donde lo paras me acusaban de ser el (sapo) de la guerrilla y la guerrilla me acusaba de ser el (sapo) de los paras, por ambos lados me perseguían y mas de tres veces enviaron a (recogerme).
Los hermanos temían por mi seguridad y ellos me decían que era mejor que me fuera, un día asesinaron a un anciano a la puerta de la iglesia y me dejaron razón con mi hijo de 3 años, que eso me iba a pasar si no me iba al otro día, motivo por el cual esa tarde tuve que huir de ese lugar. Llegue a Villavicencio, en donde empecé a trabajar en una clínica como celador y allí Dios me uso de una manera impresionante con grandes milagros y prodigios y también para enviarle a muchos a su presencia, pero iban salvos.
Entonces la situación económica se hizo muy dura y vinimos a vivir a la capital (Bogotá) en donde empezamos de cero, nos congregábamos en una iglesia y cuando comenzaron a predicar de prosperidad y esas cosas, empezamos a orar para que Dios nos sacara de ese lugar y así sucedió hace dos años cuando empezamos a fundar una nueva congregación, esta es una congregación pequeña pero se cumple la palabra de Marcos 16:20 y cada día van siendo añadidos los que van a ser salvos y es Para la gloria del Señor.
Amamos a Dios y buscamos Su santa presencia, estudiamos la Escritura y creemos que es el plan de Dios desde la fundación del mundo hasta el fin de los tiempos, que muchas profecías bíblicas, se cumplieron, se han cumplido se están cumpliendo y se cumplirán cuando llegue su tiempo, esperamos la segunda venida del Señor Jesucristo, y creemos que la iglesia será arrebatada, para reinar con Cristo, que es necesario el arrepentimiento para el perdón de los pecados y que sin santidad nadie verá a Dios.
Ahora, hace tres años que estamos iniciando la obra y Dios nos ha bendecido grandemente con un grupo de hermanos a los cuales se les han infundido valores cristianos y temor reverente del Dios vivo, aún no tenemos sede propia, pero confiamos en el Señor que El a su tiempo nos proveerá los recursos para construir un templo a Su nombre.
En Colombia, el Espíritu Santó derramó un gran avivamiento y se han levantado congregaciones enormes, pues esperamos que perseveren y que contribuyan en la difusión del Evangelio de Cristo.
Dios les continúe bendiciendo
Ahora, hace tres años que estamos iniciando la obra y Dios nos ha bendecido grandemente con un grupo de hermanos a los cuales se les han infundido valores cristianos y temor reverente del Dios vivo, aún no tenemos sede propia, pero confiamos en el Señor que El a su tiempo nos proveerá los recursos para construir un templo a Su nombre.
En Colombia, el Espíritu Santó derramó un gran avivamiento y se han levantado congregaciones enormes, pues esperamos que perseveren y que contribuyan en la difusión del Evangelio de Cristo.
Dios les continúe bendiciendo
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